Si eres un aficionado al kayak o un piragüista profesional en busca de nuevos paisajes y lugares donde practicar tu deporte favorito, te invitamos a hacerlo en algún río de España. Generalmente, después del deshielo y las primeras lluvias de la primavera, el caudal de los ríos aumenta y, aunque muchos son navegables durante todo el año, la primavera y el verano son las mejores estaciones para practicar piragüismo en España. Si quieres poner a prueba todas tus habilidades en aguas bravas, el río Noguera Pallaresa es uno de los destinos que debes apuntarte. Si, por el contrario, te estás iniciando en el deporte y deseas disfrutar más de los paisajes mientras navegas, encontrarás tramos de aguas tranquilas en numerosos ríos, embalses y pantanos a lo largo del país. A continuación, te presentamos algunos de los lugares más destacados.
Río Sella (Asturias)
El Sella es un río del norte de España que discurre por la provincia de León y el Principado de Asturias antes de desembocar en el mar Cantábrico. El puente romano de Cangas de Onís es la construcción más relevante construida sobre su cauce y el Descenso Internacional del Sella o Les Piragües es un evento organizado por la Federación Española de Piragüismo que atrae anualmente a miles de participantes. En canoa se puede descender el Sella desde las localidades de Arriondas, Ribadesella y Cangas de Onís.
Alto Tajo (Guadalajara)
Ubicado en la provincia de Guadalajara, el Parque Natural del Alto Tajo cuenta con varios tramos navegables que incluyen desde rápidos y aguas bravas, hasta zonas con aguas más tranquilas. Situado a aproximadamente dos horas en coche del centro de Madrid, el Alto Tajo es un lujar ideal para irse de escapada y hacer recorridos por sus aguas en piragua o canoa con la familia o un grupo de amigos.
Río Noguera Pallaresa (Lleida)
Este afluente del río Segre nace en los Pirineos y transcurre íntegramente por la provincia de Lleida. Las aguas del Noguera Pallaresa son ideales tanto para iniciarse en el piragüismo en España como para vivir una auténtica aventura practicando rafting. Los 60 km navegables del río lo convierten en uno de los mejores para practicar descensos de aguas bravas en Europa. Si te gustan las emociones intensas, visítalo entre mayo y junio, ya que, después del deshielo, es cuando su cauce alcanza su mayor nivel.
Rio Ulla (Galicia)
El Ulla es un río gallego que transcurre por las provincias de Lugo y Pontevedra antes de desembocar en el océano Atlántico. Hay varias empresas que ofrecen tours en canoa raft por el río, principalmente en el último tramo antes de llegar a la ría de Arosa. Lo mejor de hacer el descenso con un guía es que se aprovechan mejor los recorridos, ya que los expertos saben cuáles son las mejores zonas para sortear piedras y otros obstáculos y ofrecen asistencia en caso de necesitarla.
Río Bidasoa (Navarra y Guipúzcoa)
El Bidasoa es un rio que transcurre por la provincia vasca de Guipúzcoa y la Comunidad Foral de Navarra y marca la frontera entre España y Francia durante 10 kilómetros. En el río se celebran anualmente numerosas competiciones como el conocido Descenso internacional del Bidasoa. Hay varias empresas que ofrecen descensos guiados desde los puentes de Endarlaza hasta los puentes de Santiago, un recorrido de aguas tranquilas ideal para principiantes.
Río Gállego (Aragón)
El cañón del río Gállego también ofrece la posibilidad de practicar piragüismo y rafting en España, en los paisajes idílicos del Pirineo aragonés. El Gállego es uno de los principales afluentes del Ebro y el conocido tramo de Murillo de Gállego es el mejor lugar de su cauce para hacer un descenso de aguas bravas en kayak o canoa. Si quieres descender el río de forma autónoma, te recomendamos hacerlo en un kayak doble o individual insumergible.
Cañón del río Duratón (Segovia)
El parque natural de las Hoces del río Duratón se encuentra en la provincia de Segovia y los recorridos en kayak o piragua son unas de sus actividades más populares. El descenso se suele hacer con guías autorizados en canoas de dos o tres plazas, las cuales se pueden manejar con mucha facilidad, ya que las aguas de los recorridos guiados suelen ser tranquilas. Además de contemplar las paredes de más de cien metros del cañón, ver volar a los buitres leonados es uno de los grandes atractivos de este descenso.