Cuando escuchamos hablar de Pamplona, en seguida se nos viene a la cabeza la imagen de los Sanfermines, la fiesta por la que es mundialmente conocida. Pero si esta ciudad conquistó por completo el corazón del escritor Ernest Hemingway, es evidente que tiene muchísimo más que ofrecer. Es imposible no sentirse inspirado al recorrer las murallas de la ciudad, pasear por la plaza del castillo, contemplar la iglesia de San Saturnino, hacer la ruta de los Sanfermines o saborear los deliciosos pinchos. Situada a unos 150 kilómetros de Bilbao y a menos de 200 kilómetros de Zaragoza, llegar en coche es siempre una de las mejores alternativas gracias a las buenas comunicaciones por carretera. El aeropuerto de Pamplona está a 10 kilómetros de la capital, mientras que a la estación ferroviaria llegan trenes procedentes de Madrid y Barcelona. Si vas a visitar la ciudad y todavía no sabes qué ver en un día, acompáñanos en este recorrido por los sitios imprescindibles de Pamplona.
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Las murallas de Pamplona
El entorno urbano de la capital navarra es absolutamente acogedor por su contraste entre tradición y modernidad. Pamplona tiene el tamaño perfecto y, por eso, podrás ver todo lo que hay que ver en un día. Un buen comienzo son las murallas que rodean el casco antiguo, ya que tienen más de 5 kilómetros de recorrido y están declaradas Monumento Nacional. Tanto las murallas como la ciudadela de Pamplona son un ejemplo soberbio de la arquitectura militar renacentista, gracias a su excelente estado de conservación. Comienza tu paseo en el Fortín de San Bartolomé y llega hasta el mirador de Caballo Blanco en el Baluarte del Redín, donde tendrás unas panorámicas que te dejarán sin palabras.
Distancias desde el nuestra oficina de alquiler de coches en el centro de Bilbao hasta la ciudadela de Pamplona.
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La plaza del Castillo
Perderse y dejarse llevar entre los rincones del casco antiguo de Pamplona es la mejor manera de conocer la ciudad. Así, viajarás a otra época mientras recorres sus estrechas callejuelas empedradas como la calle de Zapatería. Uno de los tesoros de su casco histórico es la plaza del Castillo, el centro neurálgico de Pamplona. En la Edad Media fue la plaza de armas del castillo que se situaba en ese mismo lugar, de ahí su nombre. Esta plaza porticada es una curiosa mezcla de diferentes estilos, como se puede apreciar en los edificios que la forman. El Palacio de Navarra es uno de los más interesantes, así como el Café Iruña, el establecimiento favorito de Ernest Hemingway donde su huella sigue presente.
Distancias desde la muralla hasta la plaza del Castillo.
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La iglesia de San Saturnino
Si hay una iglesia que debes ver en tu día por Pamplona es la de San Saturnino, muy cerca de la Calle Mayor. En un principio se construyó en estilo románico y después de la guerra entre los burgos, se volvió a levantar esta vez siguiendo los trazos góticos, a finales del siglo XIII. Presta especial atención a las dos torres del templo, que ayudan a imaginar esa idea de antigua fortaleza. San Saturnino es el patrón de Pamplona y habría sido el que bautizó en esa iglesia a su primer obispo, San Fermín. La torre sur, coronada por el “gallico”, es la que tiene el reloj que cada mañana de Sanfermines marca el momento exacto para disparar el cohete que inicia los encierros.
Distancias desde la plaza del Castillo hasta la iglesia de San Saturnino.
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De pinchos por Pamplona
No puedes visitar Pamplona sin hacer una ruta de pinchos por el casco antiguo, probando las especialidades de los sitios más emblemáticos. Comienza con algún pincho frito como los famosos “Moskovitas”, un frito a base de huevo, jamón serrano y queso. Sigue con pinchos tan elaborados como el “erizo con txapela de algas marinas” o el “brick de magret de pato con bechamel”, una verdadera delicia. Continua con cualquier pincho de ibéricos para probar el sabor más auténtico. También puedes optar por locales con pinchos más modernos, como los premiados “Zurrukutuna” o “Lata”. No olvides acompañar cada bocado con las sidras y los vinos locales. Acaba poniendo el toque dulce con los “garroticos”, una especie de mini napolitana por la que todo el mundo hace cola.
Distancias desde la iglesia de San Saturnino hasta la calle de la Estafeta.
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La ruta de los Sanfermines
Los encierros de San Fermín constituyen la fiesta por antonomasia de la capital navarra, entre el 7 y el 14 de julio. Aunque no visitemos la ciudad en estas fechas, hacer el recorrido es una de las actividades que no te puedes perder. Tiene una longitud total de 850 metros y se inicia en la cuesta de Santo Domingo, donde los mozos cantan a la imagen de San Fermín. Desde allí se sigue hasta la Plaza Consistorial y el Ayuntamiento, donde puedes admirar la balconada que protagoniza el momento del “chupinazo”. La ruta continua por la calle Mercaderes hasta llegar a la mítica calle Estafeta, con la curva que te dirige hasta la plaza de Toros. Acércate a contemplar el Monumento al Encierro para poner el broche de oro.
Distancias desde la calle de la Estafeta hasta la cuesta de Santo Domingo.
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El fuerte de San Cristóbal
Cerca de Pamplona también podrás descubrir sitios sorprendentes. Uno de estos lugares es el Fuerte de San Cristóbal, que se alza en el monte Ezcaba y se construyó bajo el mandato de Alfonso XII a finales del siglo XIX. La fortaleza ha sido testigo de algunos de los momentos más oscuros en lo que a Pamplona se refiere, como la fuga que tuvo lugar en mayo de 1938 cuando se utilizaba como cárcel. Actualmente está en desuso, pero su atractivo principal son las vistas panorámicas tan privilegiadas que ofrece de toda la ciudad. Menos de 8 kilómetros separan este lugar del centro, pudiendo acceder en coche siguiendo la carretera del Camino de San Cristóbal. Si todavía te queda tiempo, después de ver todo lo imprescindible en Pamplona, puedes coger el coche y terminar tu día por tierras navarras con unas vistas maravillosas.
Distancias desde Pamplona hasta el fuerte de San Cristóbal.