ESPAÑA DE NOCHE

Nuestro estudio reveló que La Puebla de Cazalla es, sin lugar a dudas, el mejor destino de España para observar las estrellas. No solo cuenta con una excelente calificación de 20,14 en mag/arcsec², lo que indica unos cielos excepcionalmente oscuros y perfectos para ver objetos celestes débiles, sino que también disfruta de la menor cobertura nubosa media durante los meses de verano, con tan solo un 8,5 %.

Con una puntuación de 64,8, Castalla ocupa el segundo puesto en nuestro índice de observación de estrellas. Los 10.327 habitantes de la localidad muestran un gran interés por la astronomía, con un volumen de búsquedas en Google de 9,7 búsquedas por cada 10.000 personas relacionadas con «observación de estrellas» y 804 búsquedas de términos asociados, superando a muchas otras localidades de nuestra clasificación.

Situada a una altitud de 668,1 metros sobre el nivel del mar, Castalla se beneficia de un aire más limpio y claro en comparación con las zonas más bajas, lo que mejora considerablemente la visibilidad del cielo nocturno.

Consuegra, situada en la provincia de Toledo (Castilla-La Mancha), es un auténtico tesoro escondido para los amantes de la observación de estrellas. Con una altitud de 707,7 metros sobre el nivel del mar, esta pintoresca localidad, gracias a su población de tan solo 10.932 habitantes, disfruta de cielos despejados y una contaminación lumínica relativamente baja.

Aunque la escala de Bortle clasifica a Consuegra con un 5, lo que indica una contaminación lumínica suburbana moderada, la cobertura nubosa media durante los meses de verano es de apenas un 10,8 %. Estas condiciones favorecen numerosas noches despejadas y secas, ideales para la astronomía.

Las Palmas de Gran Canaria, la vibrante capital de las Islas Canarias, ofrece una sorprendente oportunidad para observar las estrellas, a pesar de su baja altitud, de solo 35,6 metros sobre el nivel del mar, la más baja de todos los lugares de nuestra clasificación. Sin embargo, cuenta con cielos extraordinariamente despejados durante los meses de verano, con una cobertura nubosa media de apenas el 10 %, lo que la convierte en un destino inesperadamente ideal para disfrutar del cielo nocturno.

Ronda, situada a más de 720 m de altitud, combina el encanto histórico con cielos oscuros (19,4 mag/arcsec²) y una clasificación Bortle moderada de 6. Con una baja cobertura nubosa en verano (10,3 %) y solo 6,4 mm de lluvia, es un lugar ideal para la observación de estrellas. Aunque el interés en las búsquedas es moderado, su entorno natural lo convierte en un tranquilo refugio celestial.

Conocida por La Tomatina, Buñol también destaca como destino para la observación de estrellas. Con una luminosidad del cielo de 19,7 mag/arcsec² y una puntuación Bortle de 5, ofrece una buena visibilidad. El interés por la observación de estrellas per cápita es alto y, a pesar de la cobertura nubosa del 16,5 % en verano, ocupa un buen puesto en la clasificación general gracias a su baja contaminación lumínica y al volumen de búsquedas activas.

El perfil urbano de Granada influye en su contaminación lumínica (Bortle 8), pero cada vez hay más interés por la observación de estrellas, con un aumento del 40 % en las búsquedas relacionadas. Situada a 689 m de altitud, la ciudad tiene una luminosidad del cielo aceptable, con 18,2 mag/arcsec². Sus veranos cálidos y secos (solo 10 mm de precipitación) y su pintoresco entorno atraen a curiosos observadores del cielo, a pesar del resplandor urbano.

Esta tranquila localidad andaluza cuenta con cielos oscuros (20,2 mag/arcsec²), baja altitud y un clima estival excelente para la observación de estrellas, con solo 6,9 mm de precipitaciones y un 9 % de nubosidad. Aunque tiene bajos volúmenes de búsqueda, sigue siendo un paraíso desconocido para los aficionados a la astronomía que buscan tranquilidad, lo que le ha valido una puntuación de 60,7.

Tomelloso, situada en la provincia de Ciudad Real, en Castilla-La Mancha, es un excelente destino para la observación de estrellas. Con una altitud de 665,9 metros sobre el nivel del mar, ofrece vistas despejadas y condiciones ideales para la astronomía. Con una población de 38.095 habitantes, la contaminación lumínica es muy baja, lo que favorece la visibilidad del cielo. La ciudad tiene un índice de oscuridad de 19,5 mag/arcsec² y una puntuación de 6 en la escala Bortle, lo que garantiza cielos oscuros y perfectos para disfrutar del firmamento.

Vigo, con su baja altitud de 35,4m y un brillo del cielo de 18,4 mag/arcsec², ofrece un entorno de observación aceptable. Presenta una alta tendencia de búsqueda y un volumen fuerte de búsquedas relacionadas con constelaciones. Sin embargo, las precipitaciones estivales elevadas (63,8 mm) y una clasificación Bortle de 7 limitan un poco su potencial, situándola en el décimo puesto del ranking.